La naturaleza en su divina perfección nos guía y cuida, ella al igual que todos los que caminan, siente.
Ya pasados varios vientos, los cambios son más notorios y la base ya se ha vestido de varios colores y formas. Nuevos diluvios, consigo las costumbres se corrigen, se presentan más acciones de aquella que llamaron Huitaca.
Cada porción de tierra, vida, cultura, es importante, hoy en la luz del sol se puede ver más tecnología, máquinas y simulación ¿Dónde, en qué parte puede divisarse y recordar la magia que no solo experimenta, sino también crea y agradece?
Solo algunas cosas sobreviven por medio de la tradición oral y el arte pero no todos conocen la importancia que esto tuvo, tiene y debería seguir obteniendo; es nuestro origen y posiblemente de muchos otros externos, pues con ellos la razón de ser humanos salió a flote por primera vez y la llevamos hoy a flor de piel en cada cosa que hay al alrededor. Es de revivir todas aquellas costumbres, métodos, creencias, convivencias, de lo contrario es como si se olvidara gracias a quien se empezó a caminar.
Los españoles no despojaron del todo a las culturas cuando llegaron, incluso Bochica hizo un buen trabajo con el tiempo, pudieron apoderarse de cosas materiales y hacer daño a la tierra, pero lo que no pudieron arrancar fueron los pensamientos, conocimientos, esas bases que hasta ellos conocieron e implementaron. Entonces, si no se desvanecieron junto con la sangre que se evaporó en el suelo ¿Por qué dejarla ir ahora con la voz del ayer? No todo lo que llega a los oídos es tan cierto, ellos no fumaban y comían coca para solo sentirse diferentes, sus vuelos chamanicos, junto con los cánticos que componían con instrumentos de gran fuerza espiritual y danzas que complementaban las ceremonias, eran maravillosas, un lazo de comunicación con lo ancestral se realizaba, el nudo así cada vez era más fuerte, vivir en armonía, eso se lograba. Por no recordar y trasmitirlo de una forma equívoca se cae en el abismo de los pasos diarios.
Algo de verdad se puede encontrar entre tanta algarabía y comentarios que llegan a nuestros oídos que receptan… Todos los actos de los abuelos muiscas van con fines colectivos, cada huella que desean e intentan dejar tiene un significado propio, sus palabras, su idioma que han formado, el respeto y entrega a la naturaleza. Con sus voces suaves ofrendando y el intenso sonido del poporo dejan un mensaje de respeto y cambio para todos nosotros.
El punto de inicio no se debe borrar, sin el con los años el origen no vuelve y el sentido de lo que se hace se pierde.
Escrito por: Alejandra Molina.
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