Tembló el suelo, mis rodillas difícilmente se doblaban, mis manos permanecían bien sujetas, mis ojos no dejaban de moverse y observar, en momentos me quedaba corta de respiración, mi gusto por permanecer en ese lugar se expandió...
¿Hace cuánto no se movía de esa forma? Me dio mucho que pensar, antes ya había advertido que eso sucedería, solo que no le presté mucha atención.
Al empezar a esconderse el sol se presentó, yo estaba sentada, así que casi no lo sentí, luego, después de haber tomado una copa de energía, veía como las nubes tomaban otro sentido, sospechaba un poco el fin al que se llegaría, seguí caminando solo que por otro rumbo.
Vi algunos lirios, arcoiris, subí montañas y desde sus cimas el aire fresco rosaba mi rostro y me empujaba. Me acosté a descansar un poco, el pastal era grande, colorido, que bien se sentía relajarse y solo pensar en el panorama que se tenía.
Inesperadamente las hojas de los árboles se cruzaban ante mi dejándose caer sutilmente, muy despacio como queriendo llegar hasta mi sin que yo sintiera o me diera cuenta. Me arroparon, la fragancia que expiraban era deliciosa como una buen droga, me dejé invadir por ella y fue allí donde su esplendor me asombró, así es, tembló el suelo, mis rodillas difícilmente se doblaban, mis manos permanecían bien sujetas, mis ojos no dejaban de moverse y observar, en momentos me quedaba corta de respiración, mi gusto por permanecer en ese lugar se expandió...
Hace mucho tiempo no lo vivía de esa forma, lo veía en los diarios, la televisión y escuchaba como narraban todo en la radio, pero como hoy solo el borroso rastro en la tierra quedaba. ¿Regresará para quedarse? ¿Se hará presente no solo en esa alta montaña?
Escrito por: Alejandra Molina.
¿Hace cuánto no se movía de esa forma? Me dio mucho que pensar, antes ya había advertido que eso sucedería, solo que no le presté mucha atención.
Al empezar a esconderse el sol se presentó, yo estaba sentada, así que casi no lo sentí, luego, después de haber tomado una copa de energía, veía como las nubes tomaban otro sentido, sospechaba un poco el fin al que se llegaría, seguí caminando solo que por otro rumbo.
Vi algunos lirios, arcoiris, subí montañas y desde sus cimas el aire fresco rosaba mi rostro y me empujaba. Me acosté a descansar un poco, el pastal era grande, colorido, que bien se sentía relajarse y solo pensar en el panorama que se tenía.
Inesperadamente las hojas de los árboles se cruzaban ante mi dejándose caer sutilmente, muy despacio como queriendo llegar hasta mi sin que yo sintiera o me diera cuenta. Me arroparon, la fragancia que expiraban era deliciosa como una buen droga, me dejé invadir por ella y fue allí donde su esplendor me asombró, así es, tembló el suelo, mis rodillas difícilmente se doblaban, mis manos permanecían bien sujetas, mis ojos no dejaban de moverse y observar, en momentos me quedaba corta de respiración, mi gusto por permanecer en ese lugar se expandió...
Hace mucho tiempo no lo vivía de esa forma, lo veía en los diarios, la televisión y escuchaba como narraban todo en la radio, pero como hoy solo el borroso rastro en la tierra quedaba. ¿Regresará para quedarse? ¿Se hará presente no solo en esa alta montaña?
Escrito por: Alejandra Molina.
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