Detrás de escombros y rejas, allí podré explotar,
En donde el frío y la lejanía me acobijan.
Cuando me hablen, no estaré, no escucharé,
Sin nombre, sin identidad, sin libertad.
Lo inherente se marca más.
Lo conocido se deja de dibujar.
La palabra constancia se deja de expresar,
Se deja de expresar, intentar, dar.
Correcto entregarse al desierto,
olvidar la hierva que frota las huellas.
Distinta rutina, el eco no me sigue,
me guía la quietud, ya no hay señal.
Solo el suelo, sin color vivo,
el negro, el blanco, el gris,
el favorito de la soledad,
vestido por el propio momento.
Inanimado, lento, sufrimiento,
continúa hasta que se agote la razón.
Sin nada más, solo con las uñas,
espero de polvo hecha la arena.
Escrito por: Alejandra Molina.
En donde el frío y la lejanía me acobijan.
Cuando me hablen, no estaré, no escucharé,
Sin nombre, sin identidad, sin libertad.
Lo inherente se marca más.
Lo conocido se deja de dibujar.
La palabra constancia se deja de expresar,
Se deja de expresar, intentar, dar.
Correcto entregarse al desierto,
olvidar la hierva que frota las huellas.
Distinta rutina, el eco no me sigue,
me guía la quietud, ya no hay señal.
Solo el suelo, sin color vivo,
el negro, el blanco, el gris,
el favorito de la soledad,
vestido por el propio momento.
Inanimado, lento, sufrimiento,
continúa hasta que se agote la razón.
Sin nada más, solo con las uñas,
espero de polvo hecha la arena.
Escrito por: Alejandra Molina.
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