Si, en ésta noche tengo líneas para
el que quiera recogerlas, también están para otorgar al cariño mismo que vive
en carne.
Tal vez porque he estado algo
encerrada en las horas que acorralan el día ésta noche me siento nostálgica, un
poco inconforme, un tanto más a trote. ¿Has pensado en qué existir te
encuentras? Sé que lo has hecho, pensar que aquella tan apropiada muerte te
respira, que no estás en espacio ocupado, que ves los círculos con facciones o
tal vez una cuarta estación, en esa en la que ahora mismo me encuentro, en esa
en la que te llevan los minutos sin conocer alguno de los dos el fin... un
momento, ¿Acaso si hay fin? La amnesia es la última conexión de cada noche.
Sólo un único estado, más vapor que
agua, no se pide recepción alguna pues no importa con quien se convive, se
convierte en algo innecesario gastar las pocas energías en pedir, ilógico así
en éste contexto regalar sin que reciban con la caracterización requerida.
Ellos dicen con rostro muy serio
que existen, que están de pie antes del amen pero ante el primer paso en falso
son observados, todos esos fantasmean en rincones que dibujan tan amplios como
callejones largos, oscuros y sin salida, sus cavernas perfectas. Entonces, no
más chalecos anti balas, ni de cuidar la espalda, la soledad se aspira tan
profunda como el más hermoso e inolvidable suspiro que se ha dado por amor.
Estás sólo tú y eso intangible que te
lleva indirectamente por donde vayas, vivir con la constante energía que se
transforma en color, sombra, fuerza, potencia, trabajo, luz, sonido consagrado;
todo aquello y más, en las manos, obteniendo la capacidad para diseñar y
destruir, desintegrar hasta llevar a otras vistas, crear para convertir en poder
propio y de vez en cuando los fantasmas
convertir a cariño en carne como la propia… así es, así se sienta diferente,
sigo siendo carne.
Escrito por: Alejandra Molina.
Comentarios
Publicar un comentario