Él caminaba por la calle con
mirada al piso,
Ensimismado, ignorando que otros
lo notaban.
Él lloraba, gritaba, fijaba, pensaba,
rodeaba,
Entonando con fuerte firmeza
construía… construía en la nada.
Sin definir un rumbo,
despreocupado del reloj
Aquel sonido lo callaba,
diciendo: Escúchame.
Confuso aire, te haces tenso, ¡Hace
tanto no venías!
Un escalofrío no es mucho, no
escucho, no entiendo.
Regresa, él regresa, sin devolver
ni parar el tiempo,
También avanza, sin realizar
ninguna acción.
¿Acaso viaja en el tiempo sin que
nadie lo note?
Aquel viento lo transporta donde
es necesario verse.
Él continúa el camino buscando
respuestas, sin calma
Mientras que sus manos y pies
tropiezan con calma.
Sus ojos subieron unos centímetros,
cerca del horizonte
Comprendía transformando ideas diferentes
instantes.
Remediar, evitar, comentar…
cautela
Él puede estar aquí, allá, en
otro lugar
Logra visualizar, escuchar, saber
una y cualquier forma
Pero ¿Cómo lo ves? ¿Es él un ser
o la silueta de cada quién?
Avanza, él avanza, sin contener ni
parar el tiempo,
También regresa, no logra poder moverse.
¿Acaso nadie lo nota? Él viaja en
el tiempo
Aquel susurro lo lleva a donde no
quisiera estar.
Avanza, él regresa, sin control
sobre nada,
También está, aquí él puede
respirar.
Todos lo ven, camina con mirada
baja.
Esos pensamientos silenciosos
muestran.
Confuso aire, te haces tenso, ¡Hace
tanto no venías!
Enséñame, no me resistiré,
escucho atentamente.
Escrito por: Aleja Molina
Comentarios
Publicar un comentario